Y habrá una realidad nueva y diferente,
y habré aprendido a mirarla y a sentirla.
Y habrá conexiones más largas, y más duras,
y habré aprendido a percibir calor en la distancia.
Y habrá obviedades que se marchen,
y sonrisas que se pierdan,
y dolor que permanezca en nuestra retina,
que ya ha aprendido a llorar en silencio;
Y habré aprendido ya el valor de lo importante,
y la luz de las cosas pequeñas,
y la volatilidad de mi presente y el tuyo,
y realmente cómo se vive en la nada,
o en el todo de hoy, que en un rato no es nada…
Y habrán cantado muchos pájaros,
y habrán volado muchas palomas por los tejados,
y habrá venido la primavera, y el verano, y el otoño,
y no habrán venido las tan esperadas respuestas.
Y yo habré aprendido que la pregunta será eterna,
que no hay un final, sino más preguntas,
que no hay certezas, sino intenciones,
que sólo mi esencia es lo que me acompaña,
Y poco más…
Y tú, a veces,
Y nosotros, a veces;
Y las lágrimas
por las pérdidas
y por la emoción
de poder sentir,
por poder seguir preguntando,
por ser parte de este nuevo Ser.
Y podremos construir de nuevo,
sobre el canto callado de los gorriones,
sobre el silencio de la reflexión,
sobre la luz de volver a vernos y compartir;
Y sobre la paz de saber
que hicimos las cosas bien, ayer, hoy,
y mañana,
porque habré y habremos aprendido a Ser, Hacer y Sentir, diferente,
en la incertidumbre,
mañana.
Paola, 10-04-2020