
Y tanto!!! Porque hay que tener mucha actitud, de la buena, para buscar, sentir,
ser, percibir, la felicidad.
Pero es una decisión, apelado a mi libertad, a lo más profundo de mi ser,….es
elegir qué quiero tener en mi vida, en mi y alrededor.
Puedo ver todo lo que me falta, que seguramente será bastante, todo lo que no he
conseguido, todo lo que me ha sido negado, todo aquello que me merezco y no
tengo…
O puedo ver todo aquello que sí tengo, que sí puedo hacer, que sí he conseguido,
que sí está en mi vida, a pesar de mi mismo, a pesar de mis errores y mis cosas a
medio hacer, y aquellas cosas que no he hecho especialmente bien.
Y decido ver la parte positiva de todo aquello que me rodea, y de todo lo que soy,
porque soy más o menos, buena persona. Tengo mis cosas a mejorar, pero, lo
percibo e intento cambiarlo cada día.
¿Hay alguien perfecto? Yo lo intento, a veces con ahinco, pero no lo consigo, y los
demás tampoco, así que decido ser flexible, y comprensivo. Y si soy comprensivo
conmigo mismo, también lo soy contigo, y con todos los demás, y con todo lo que
me rodea…
¿Y dónde me lleva esto?
Y cómo me siento con esto?
Pues la verdad es que me siento mejor, más completa, más abierta, más tranquila
y suave, más integrada en todo… Y eso me acerca más a la paz, a esa visita
interior a mi misma que me llena tanto el alma…
Por tanto elijo ser feliz, elijo tener esa actitud de ver mi vaso medio lleno de agua, de vino, de champan si hace falta.
Pienso que la percepción del mundo es muy diferente según vea el lado
oscuro o el lado soleado. Pero en la obscuridad también hay luces, y en la luz hay
sombras, y es parte de este universo azul.
Quiero ser más luces que sombras, más
calor que frío, más amor que miedo, y elijo, cada día, con más esfuerzo unas
veces que otras, ver el aprendizaje y la felicidad que hay en mi vida, en la tuya, en
la de todos.
Abril 2018